miércoles, 5 de septiembre de 2007

Un simple...capítulo 6

Capítulo 6: Un poco más humano
Dedicado a mi fan más empalagosa que me pidió una escena a solas. Gracias por hacerme sufrir!!!
Se oían unos pasos apresurados acercándose a la habitación.
Kirtash, rápido como el pensamiento, se las ingenió para moverse hasta la pared opuesta de la habitación y apoyarse en ella con una actitud aparentemente relajada.
Jack sólo tuvo tiempo de incorporarse antes de que alguien entrara como una tromba en la habitación y se le abalanzase encima.
- ¡Jackcuantotiemposinverteteheechadomuchodemenos!
La semiyan le abrazaba con fuerza sin dejarle casi respirar. Le costó un rato darse cuenta de quien era.
- ¿Kimara? – aventuró.
La chica se separó de él con los ojos brillantes.
- ¿Cómo estás? ¿Qué tal te ha ido?
Jack se esforzó por mostrarse amable, aunque lo que menos le apetecía en aquel momento era explicar todos lo pormenores del viaje. Al final, no hizo falta.
- ¿Qué haces tú aquí? – dijo Kimara con voz irritada, dirigiéndose, obviamente, al otro ocupante de la habitación.
- No tengo por qué darte explicaciones. – respondió Kirtash frío y cortante.
Jack se dio cuenta entonces como cambiaba su actitud cuando se dirigía a las personas que le importaban frente a las que no. Entendía por qué la gente no confiaba en él ya que su lado más humano se revelaba sólo ante Victoria y ante él. Jack esperaba no tener que llegar a ese extremo dejándose llevar por su condición de dragón.
- Sólo estábamos hablando, Kimara. – dijo Jack intentando calmar los ánimos.
“Mentiroso”, oyó la voz burlona del shek en su mente.
Kimara se volvió hacia él extrañada.
- Creía que estabas muy cansado para hablar con nadie.
- Venía a preguntarme sobre el estado de Victoria. Tiene el mismo derecho que yo a saberlo. – se justificó. – Pero sí es verdad que ahora no estoy con ánimo de recibir visitas. ¿Podrías hacerme un favor?
- ¿Cuál? – dijo Kimara, todavía recelosa.
- ¿Podrías intentar que nadie venga por aquí? Necesito dormir un poco antes de someterme a los interrogatorios.
- Está bien. – cedió. – Pero mañana vas a tener que dar muchas explicaciones.
- Gracias. – dijo Jack, sonriendo.
Kimara fulminó con la mirada a Kirtash y se marchó de la habitación, dando un portazo.
El shek sonreía, divertido. Al parecer se lo había pasado en grande con aquella situación.
- Creo que tu novia se ha puesto celosa.
- Algo me tenía que inventar para cubrirte ya que tú no colaboras. – replicó Jack.
- No tengo por costumbre contarle mi vida privada a cualquiera que me lo pregunte.
- Bueno, te dejo que tienes que “dormir”. – dijo Kirtash burlándose de la excusa de su compañero.
Se inclinó sobre él para despedirse momento que Jack aprovechó para cogerle del brazo y tumbarle a su lado. Le tomó el rostro entre las manos y le dio un beso breve pero muy intenso.
- Ahora que consigo que nos dejen a solas, ¿te quieres ir?
- Después de esto no. – dijo Kirtash un tanto sorprendido.
Jack sonrió y le besó de nuevo, con calidez e intensidad, entrelazando su lengua con la del shek casi asfixiándole. Había decidido por fin dejarse llevar por su instinto entregándose completamente sin temer nada.
Kirtash se sentía aturdido. Aquel beso era ardiente como el fuego, una ola de calor se extendió rápidamente por su cuerpo, su corazón comenzó a latir más rápido bombeando adrenalina. El control que siempre mantenía en aquellas situaciones se desvaneció y perdió la noción de la realidad.
Sus brazos rodearon instintivamente la cintura de Jack tratando de fundirse con él.
Jack se separó lentamente de su boca. Sus cálidos labios se posaron suavemente en su cuello, provocando sensaciones que Kirtash nunca antes había llegado a imaginar. Y perdió el fino hilo de autocontrol que aún unía sus acciones a su razón.
Tumbó a Jack boca arriba y se puso sobre él besándole con delicadeza y deliberada lentitud el cuello, los hombros, el pecho. Demasiado lejos.
Jack le empujó suavemente separándole. Kirtash logró recuperar parte de su cordura. La suficiente como para mirar al dragón a los ojos y ver su cara teñida de inseguridad, sorpresa e incluso...miedo. Su respiración estaba agitada y el sudor le perlaba la frente.
- Lo siento – dijo Kirtash, respirando entrecortadamente. – perdí el control.
Jack sonrió para tranquilizarle y se separó un poco más para que pudiera serenarse.
- No pasa nada. Pero me asustaste. – dijo, riendo.
- Te juro que nunca me había pasado. Siempre he podido mantener la cabeza fría. Siempre.
- Ahora sabes cómo nos sentimos los que no somos sheks. ¿De verdad pensabas que conmigo ibas a poder mantener la cabeza fría?
- Intenta comprenderme. Nunca antes había estado enamorado de un dragón. – respondió, ya más calmado.
- Pues vete acostumbrando. Pero, ¿hasta dónde pretendías llegar?
- No lo sé. No pensaba, simplemente, me dejaba llevar.
Kirtash se puso serio y le miró directamente a los ojos.
- Escucha. Pase lo que pase esto es cosa de los dos. No te voy a obligar a nada, ¿de acuerdo? No me molestaré porque me pares los pies si te resulta incómodo.
- Descuida. Lo haré. Si para entonces me queda algo de cordura.
- ¿Me puedo quedar a dormir? Tengo que aprovechar al máximo las horas de intimidad que nos quedan.
- Claro. Pero a dormir. Mañana voy a tener que soltar unos cuantos discursos.
- Por una vez me alegro de que me odien. Por lo menos me dejan tranquilo.
Y se abrazaron para aprovechar la que quizás sería la última noche a solas en mucho tiempo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy chulo