miércoles, 5 de septiembre de 2007

Un simple...capítulo 2

Capítulo 2: Sentimientos ocultos

Victoria estuvo interrogando a Jack durante toda la mañana siguiente. Kirtash se había adelantado a ellos con la excusa de explorar el terreno y le había dejado sólo ante el peligro. Había decidido no contarle nada a Victoria porque era un asunto que tendrían que resolver entre ellos dos.
Kirtash volvió junto a ellos y anunció con voz neutra:
- Hay un pueblo de bandidos unos metros más adelante. No podemos rodearlos. La única vía posible es atravesarlo.
- Sospecho que no va ser un paseo tranquilo.- dijo Jack.
- Si las cosas se complican encárgate de proteger a Victoria. Yo abriré paso.
Tal como pronosticó Jack les atacaron en cuanto se dieron cuenta de que eran extranjeros. Jack y Victoria se defendían manteniéndolos alejados mientras Kirtash les iba abriendo camino.
Jack era incapaz de concentrarse en la pelea. Temía que el shek los fuera a abandonar a su suerte en cualquier momento. Se volvió para mirar a su compañero. Fue tan sólo un segundo de distracción pero suficiente como para que uno de sus enemigos lo derribara. Cerró los ojos, sabía que sería su fin.
Pero la muerte no llegó. Extrañado, abrió los ojos y se topó con el puñal del bandido a escasos milímetros de su piel, sobre su corazón. La razón por la que seguía vivo era bastante sencilla: Haiass había atravesado el pecho del bandido de parte a parte. Se levantó tirando el cuerpo inerte a un lado y se cruzó con la mirada furiosa de su salvador.
- Ten más cuidado, estúpida lagartija. Casi mueres.
Jack no replicó. Aún no había asimilado el hecho de que su peor enemigo le había salvado la vida por propia voluntad. Ambos sabían que Victoria ya no era motivo suficiente.
La chica les miraba de hito en hito. Jamás había visto a Kirtash jugándose la vida de esa manera aunque indirectamente lo hacía por ella. Definitivamente al shek le pasaba algo. Tendría que esperar a que decidiera contárselo él mismo.
Jack volvía a padecer insomnio. La actitud de Kirtash era cada vez más rara y lo que ya sabía no le ayudaba sino que le confundía más. ¿Por qué le respondía a cualquier tipo de pregunta por indiscreta que fuese, por qué se había jugado la vida para salvarle a él? Por más vueltas que le daba no encontraba ninguna explicación lógica, pero la había y tendría que averiguarla aunque significara reconocer delante de Kirtash que de alguna manera...le importaba.
Fue a buscarle y le encontró no muy lejos del campamento sentado con la mirada perdida igual que la noche anterior. Sin mirarle le dijo:
- Tanto insomnio no es bueno. Deberías dormir.
- No mientras te sigas comportando como un extraterrestre sin dar ninguna explicación.
- Es que soy extraterrestre – respondió, burlón.
Jack resopló, impaciente y se acercó hasta sentarse a su lado.
- Ya vale de bromas esto es serio. ¿Por qué me has salvado la vida esta mañana? Porque ha sido tu propia voluntad.
- Tienes razón pero es...difícil de explicar.
- Oh, genial. Muy esclarecedor. Pues como no lo sepas tú yo no puedo ayudarte.- dijo Jack sarcástico.
Kirtash se volvió y lo miró a los ojos. Tenía una mirada extraña.
- Yo creo que sí.
Sin darle tiempo a reaccionar le levantó la barbilla con una mano, se inclinó hacia él y le besó en los labios.
Jack estaba completamente paralizado. Un torrente de sentimientos contradictorios le sacudieron mientras notaba el frío aliento del shek y sus suaves labios tocando su cara. Era un shek, un asesino a sangre fría y, sin embargo, le besaba con delicadeza acariciando sus labios con dulzura. Entonces una nueva y maravillosa sensación empezó a llenarle canalizando todo su odio. Se relajó y disfrutó del beso sin pensar en ninguna otra cosa que no fuera ese momento. Los dos juntos.
Kirtash se acerco más a él y le susurró al oído:
- Te quiero Jack. Aunque seas una lagartija. Por eso te salvé la vida.

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